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En la muerte de Óscar Niemeyer se rinde homenaje al genial arquitecto de las curvas blancas. Su obra, que se extiende a lo largo de casi todo el siglo XX y llega hasta el siglo XXI, es una demostración de que en la arquitectura crear formas bellas es tan importante como mantener el compromiso social y la coherencia personal. Historiadores, arquitectos y críticos comentan el valor del legado de este brasileño que ya es inmortal. |
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