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El genoma es más que la suma de los genes. El mapa genómico está constituido por lugares muy proteicos, pero también por amplios territorios en los que aparentemente no hay nada interesante. Aparentemente, porque recientes estudios demuestran que en esas inmensas secuencias genómicas no codificadoras de genes puede haber información de gran importancia para la determinación de los riesgos de padecer algunas enfermedades. Desde hace años se sabe dónde están las puertas de la codificación genética, pero quizá algunas llaves deban buscarse lejos de ellas. |
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